Ciencia, religión y Santander

Hay quienes se declaran creyentes y en su creencia, crean dioses, cardenales, obispos, arzobispos, curas y clérigos de toda laya. ¡Tate! ¡Aquí hay tomate!: todos varones ellos.
Hay quienes se declaran ateos y en su increencia, crean ateologías que pontifican, anatematizan y expulsan del reino de los cultos y racionales a todos los creyentes. Claro que eso lo han aprendido de los varones creyentes fosilizados en iglesias únicas y verdaderas.
Otros, entre los que me incluyo, hemos pasado por las dos enfermedades. ¡Joder! ¿No habéis caído en la cuenta de que todas la creencias terminan en "ismo", por eso prefiero metabolizar ilusiones mediante la transfiguración que producen las experiencias estéticas, como diría mi Presidente (el que quiera saber que vaya a Santander -esto lo digo yo-), o sencillamente comprobar que en Santander nadie sabe nada tampoco.
La cuestión es que el desarrollo humano no solamente es corporal, biofisiológico, psíquico (cognitivo, emocional y sentimental) y social, sino también y sobre todo estético, simbólico y metafórico (¿Seríamos algo si no tuviésemos creencias para descreer de ellas y sustituirlas por nuevas creencias que a su vez descreeríamos? -hay que dejarlas cocer un tiempito para descreerlas y creerlas-), por eso la "dimensión espiritual del desarrollo" (por ponerle un nombrecito) está ahí...
Pues es un debate que siempre me interesó por eso os adjunto el enlace que lleva a Santander.

Ciencia y religión

PD: Anís del Mono, polvorones de Estepa y pan y vino (en todas sus variedades) justamente repartido para todas y todos, porque entonces y sólo entonces habrá estallado la Paz, lo demás son cuestiones secundarias.

Juan Miguel Batalloso