jueves, 20 de diciembre de 2007

LA PLATAFORMA SALVAR SEVILLA INFORMA:

LA PLATAFORMA SALVAR SEVILLA INFORMA:

· ¿SABÍAS QUE Sevilla pidió subvención europea para hacer el Parque del Prado con el fin de crear microclimas?

· ¿SABÍAS QUE Sevilla recibió 3.409.206,90€ (567.244.300 pesetas) de fondos europeos para realizarlo?

· ¿SABÍAS QUE el Ayuntamiento ha cedido parte de este parque público a la Universidad para construir un edificio vanguardista multiuso: despachos y recursos para investigadores, biblioteca, sala de estudio, cafetería, etc.?

· ¿SABÍAS QUE a cambio, la Universidad ha dado terrenos de su propiedad (en Los Remedios, Nervión, etc.) para que el Ayuntamiento pueda generar plusvalías multimillonarias?

· ¿SABÍAS QUE esta permuta se ha hecho a espaldas de los sevillanos, en el más absoluto secretismo?

· ELLOS, los artífices de esta operación especulativa y arboricida, con el Rector Miguel Florencio a su cabeza, intentan minimizar la gravedad de su actuación diciendo que el edificio “sólo” va a ocupar el 8% del parque y que van a trasplantar 229 árboles (se olvidan añadir todos aquéllos que tendrán que quitar para no entorpecer la perspectiva necesaria a la visión del edificio…). ¿No sería más lógico y sencillo elegir otra ubicación evitando así ese trasplante tan complicado y esos costes totalmente innecesarios?

· NOSOTROS, la Sevilla sensible y responsable, pedimos que se construya esa obra arquitectónica en otro lugar de la ciudad:

1. porque no debemos consentir de ninguna manera ese despilfarro de los fondos europeos por parte de nuestras instituciones.

2. porque no debemos consentir que esta decisión política crea un precedente tan grave en nuestra ciudad: de ahora en adelante, ¿quién podrá impedir a nuestros políticos, cualquiera sea su color, que tengan esa osadía de quitarnos “sólo” el 8% de nuestros parques y jardines para construir edificios de uso corporativo? ¿Quién podrá impedir al Rector de la Universidad solucionar una supuesta falta de espacio universitario en la Cartuja cogiendo ese mismo porcentaje del parque del Alamillo, por ejemplo…?

3. porque no debemos consentir que nuestros dirigentes pongan en duda la inteligencia de los ciudadanos cuando ante nuestros ojos hacen exactamente lo contrario de lo que nos predican y nos exigen en sus discursos políticos y educativos. ¿Así es como en una ciudad tan expuesta a la desertización como la nuestra se aplican las enseñanzas medioambientales de nuestro invitado Al Gore para luchar contra el cambio climático? ¿Lo lógico no sería que plantáramos más vegetación y árboles en lugar de jugar a cambiarlos de sitio para transformar su primer hábitat en cemento?

Confiamos en que la Comunidad Universitaria no consentirá tal despropósito y si “rectificar es de sabios”, los representantes de la Universidad, templo de la sabiduría, sabrán hacerlo. Dejarán los árboles en su entorno y buscarán otro más idóneo para edificar su joya arquitectónica, sobre todo si pretenden que se convierta en edificio emblemático de nuestra ciudad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bienvenidas sean todas las reivindicaciones, protestas, sugerencias, críticas, objeciones, desobediencias dirigidas al poder político que cada vez representa menos a la población. Bienvenida sea la lucha con coraje a favor de la participación ciudadana de nuestra "Tierra Patria" como diría Edgar Morin. Adelante, como diría Salvador Allende "la historia es nuestra y la hacen los pueblos". Ojalá este medio sirva para esto precisamente.
Un abrazo.
Juan Miguel.

Anónimo dijo...

No es la primera vez que la Universidad de Sevilla cae en este tipo de errores ecológicos. El penúltimo que recuerdo fue la construcción del nuevo pabellón de Brasil (segundo registro -auxiliar- de la US), en el lugar donde estaba la antigua comisaría de policía en la Avda. La Palmera. Ya entonces muchos se quejaron abiertamente, no del bonito y útil edificio en si, sino de la conveniencia de poner unos pocos metros cuadrados de cesped y aniquilar los árboles existentes, como finalmente hicieron. Pobre elección, y más a la vista del ejemplar y cercano Parque de María Luisa, ¿aprenderán los gestores a tomar mejor sus decisiones? Saludos. Pedro.