domingo, 7 de octubre de 2007

NOSTALGIA

Quiero escribir un romance
alegre, desenfadado
dedicado a unos amigos:
la Asociación de vecinos,
¡y vecinas, por supuesto!
de este antiquísimo casco,
casco, cascote o casquillo,
de la muy noble y nostálgica
Mairena del Aljarafe.

Un romance en buen romance,
que no en román paladino
que eso me suena a palacio
y, ¡vive Dios!, a ladino:
ni quiero con los palacios,
ni con los ladinos quiero.
Un romance, aunque sin rima;
¿por ser romance moderno
o ser romance de alumno,
de principiante primero?

-Decíamos, mi buen Sancho,
que en la gran Mairena estamos:
grande por las construcciones
que florecen a millares
como hongos en noviembre;
más grande porque sus gentes,
que se han multiplicado
por diez en casi dos décadas,
han traído a este pueblo,
o ciudad, según se quiera,
aires nuevos, nuevos vientos:
que éstos no quieren juntarse
que aquéllos quieren revueltos.

-Mi buen señor D. Quijote:
en esta villa he oído,
mal que me pese decirlo,
una asociación de gentes
amantes de su terruño,
de vírgenes del barroco
y de haciendas de los moros,
de tiempos que ya se fueron
hace tiempo y hace espacio
en las conciencias fugaces
de los nuevos maireneros.

-Pero no me digas más,
que ya conozco yo el paño:
lo llaman pomposamente
interculturalidad :
que no es invasión, ni guerra
como en los tiempos antiguos;
tampoco es Inquisición,
ni exclusión, marginación
o “esto es mío porque quiero”:
los posmodernos prefieren
el lenguaje rebuscado,
el eufemismo correcto.

-Debéisme hablar en cristiano,
que no soy yo funcionario:
que yo quería deciros
que hay quien adora su nido
y quien va siempre de paso...
pues... como vamos nosotros
volando de flor en flor
como pájaro emigrante.

-Has de saber, Sancho amigo,
que el buen caballero andante
siempre es cosmopolita
porque en todas partes puede
hacer el bien a las gentes;
y a su vez quiere a su patria,
que sin raíces no es nadie.

-Entonces, señor, ¿qué es
quien sólo el pasado ve,
quien derrocha tiempo y hojas,
y hasta revistas enteras
en reivindicar el casco,
el casco antiguo del pueblo,
como único posible
sitio donde debe estar
el Exmo. Ayuntamiento?


-Esos se llaman nostálgicos,
y para ellos la vida
es sólo siempre el pasado,
creen que el tiempo pasado
les garantiza el futuro...
y los libra de la muerte...
Estos dimes y diretes
hablaban Sancho y Quijote,
cuando Calle Nueva arriba
arribaban las vecinas
¡y vecinos, por supuesto!
portando pancartas grandes
gritando más que pidiendo
un pedazo Ayuntamiento
una ruina, un tormento
¡pero en su calle, en su calle!

Y allí se acabó este cuento.

Manolo Bordallo, 5-X-07

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