Considero que debemos conocer como está el patio y entonces tendremos más datos para comprender y explicar como y por qué está la Educación como está.
Este informe dice que somos el país más igualitario en educación, que más compensamos las desigualdades educativas ligadas al origen social, sin embargo también dice que somos el único país que no rentabilizamos la inversión que hacemos en educación porque las condiciones de vida trabajo de nuestros titulados superiores no se corresponden con su nivel de formación, o que somos el país con menos titulados en educación secundaria, o que en el periodo 1995-2004 decreció el gastó público en Educación. Pues eso, vedlo con vuestros ojitos, vale realmente la pena.
¿Las causas? Complejas, sistémicas y todo lo que tu quieras, pero la cuestión es que no necesariamente más dinero da mejor educación, ni más leyes aumentan la calidad, ni menos alumnos por clase hacen a los alumnos aprender más, ni más profesores funcionarios van a enseñar mejor, ni más asignaturas de una hora a la semana en 3º y 4 º de ESO van a hacer a nuestros alumnos mejores ciudadanos... ¿Qué pasa entonces? Hay pistas y vías, caminos, veredas y sendas... pero eso otro día...
Toda la información la tenéis en estos enlaces
Nota informativa.
Panorama de la educación 2007: Indicadores de la OCDE. Resumen.
Informe de España 2007
Sitio de la OCDE
Juan Miguel
10.10.07
10.10.07
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METÁFORA DE LA VASIJA
Un centro de enseñanza es semejante a una vasija con agujeros por la que se derrama el agua del desahogo, la espontaneidad, la indisciplina o la rebeldía del alumnado.
Para conseguir el orden se recurre a suprimir fiestas, excursiones y otras actividades extraescolares, se expulsan a los camorristas, se impone una disciplina sólida y todo queda controlado. Es decir, se tapan los huecos. El profesorado, en general, está más satisfecho, tiene menos problemas, las clases transcurren sin sobresaltos. Se ha creado un espacio de no agresión. Pero el agua estancada sigue dentro y se va corrompiendo. Y, tarde o temprano, sale fuera, o con intempestivos actos de violencia soterrada, o, con lo que es peor, consiguiendo que, cuando sean adultos, practiquen contra otros la represión que han asimilado.
De los centros de enseñanza salen profesionales de orden, pero no personas libres. Los cursos transcurren en paz con la imposición de la norma, pero el alumnado no aprende a resolver los conflictos. No ha conocido ni vivido en su escuela la democracia participativa, y entonces, difícilmente contribuirán a formar una familia o una sociedad democrática, y actuarán, además, con el convencimiento de que lo práctico, lo sensato, es acatar la norma del que manda y cuando se tenga poder, ejercerlo también de igual modo. Surgirán políticos prácticos y ejecutivos, pero no democráticos. Se acrecentará la represión policial como único modo de atender una barriada conflictiva, obviando las causas sociales, económicas, educacionales de dicha conflictividad. Un centro que se precie debe tomar iniciativas originales ante la violencia en sus aulas, no aplicar las viejas recetas de siempre.
En un instituto debe fluir el agua de la espontaneidad, pero por los canales del bien común. Es más dificultoso organizar una fuente con muchos caños, pero más hermoso y fructífero que mantenerla sellada. El alumnado debe aprender que la norma democráticamente diseñada beneficia a todos y ayuda a perseguir su propio bien, vinculado a una sociedad de ciudadanos.
Miguel F. Villegas
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