viernes, 9 de mayo de 2008

LO QUE VA DE AYER A HOY

El español medio de hoy, ese que no existe pero que no es apolítico ni partidista, que ha visto en su madurez la evolución de los ciudadanos españoles con la preocupación de “me duele España” y el interés de que su granito de arena se junte con otros granitos y se pueda ver que su país camina,

¿Aceptaría hoy mayo de 2008:

una ministra de Asuntos Exteriores como Ana de Palacio,

una ministra de Sanidad como Celia Villalobos,

un ministro de Defensa como Federico Trillo,

un ministro de Justicia como Eduardo Zaplana,

un ministro del Interior como Ángel Acebes,

un Presidente del Gobierno como J. Mª Aznar?

¿Quién recuerda sin estremecerse a Zaplana interrogando diez horas a ZP sobre la responsabilidad del 11-M?

¿Sólo se podrá consolar de su pena de dejar el servicio a España, con el sueldo que le vamos a pagar a través de telefónica?

¿Se habrá arrepentido Acebes de haber hecho el ridículo con las infinitas mentiras e insidias que ha dicho en los últimos 4 años, y por eso abandona la primera línea de servicio a su partido?

Si inteligencia y bondad son dos palabras sinónimas, ¿la inteligencia está en que han tenido la bondad de dejarnos por fin en paz?

¿No parecía que los últimos apresados por comisión de delitos bajo capa de “kale borroka”, iban al furgón de la policía como agradeciendo que ésta los liberara de las garras de sus “tutores”, la eta, que los obliga a quemar inútilmente autobuses y cajeros automáticos?

¿No hay una mayor sensibilidad entre gente “normal y corriente” por la cosa pública, fundamentalmente por los aspectos sociales? ¿No está esa clase media bien informada generalmente, y responde en la calle a todo tipo de preguntas con sus razones, sus dudas y sus certezas?

¿No parece que van desapareciendo los extremos (la crisis del PP está y seguirá durante bastante tiempo estando abierta por la búsqueda de esa nueva alma), y va haciéndose un país con más sentido común de ciudadanos que buscan la igualdad, con menos pelea de nacionalistas periféricos contra nacionalistas centrales, con más deseo de afrontar madura y no histéricamente los grandes retos del paro, la recesión económica, el terrorismo, la renovación total de la justicia, las diferencias de mucho tipo que siguen existiendo...?

¿No hemos ganado tranquilidad como país en estos últimos años, para seguir completando la transición o el perfeccionamiento de la democracia, y voluntad ciudadana para, al menos, ir intentándolo?

A pesar de la crispación de no pocos medios de comunicación, alguna veleidad del ejército, las manifestaciones de los sectores más integristas utilizando el terrorismo, los intereses políticos de bastantes obispos, la objeción de conciencia al aborto y a Ciudadanía, las rebajas y sordina posterior a la Ley de Memoria Histórica, la poca implantación de las leyes de Igualdad y Dependencia, la tibieza en hacer avanzar la aconfesionalidad del Estado ...sólo han conseguido que se ralentice el paso, pero no han ofuscado la mente de esa “gente normal y corriente” que es la que hace la historia, y a la que me gustaría pertenecer, hoy por hoy.

Manolo Bordallo, 8-V-08

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