viernes, 23 de noviembre de 2007

DOS DE LAS ESPAÑAS por Manolo Bordallo

DOS DE LAS ESPAÑAS

Juan va vestido de chaqueta, y fuma nerviosamente mientras defiende al empresariado como creador de riqueza.

Antonio se dedica a tirar piedras al agua haciendo la rana, mientras se burla con gestos discretos de su vecino.

Serían el andaluz emigrado a Cataluña admirador del industrioso catalán, y el andaluz que se ha quedado en su tierra y vive sencillamente; ambos con su habla: el primero más fino y más serio, el otro más rápido y guasón.

Hablan los dos para el público, pero mirándose de reojo y haciéndose mutuamente muecas de desaprobación, de que el otro está chiflado...

J.- Yo fui de los que tuvo que emigrar a Catalunya en los setenta, porque aquí no me daban trabajo y porque para algunos hasta era “peligroso”...

A.- Una de mis especialidades, a la que le he dedicao un tiempo, es la de hacer el salto de la rana, aquí en las playas del sur, que también existe.

J.- Y yo no puedo hablar mal de Cataluña, porque no sólo me dieron trabajo, sino que me formaron y allí me hice un hombre.

A.- Primero hay que escoger las piedras (se saca unas de los bolsillos del bañador). Deben ser planas, y de fácil encaje en la mano, para que se pueda manejar bien: si tienen un pico, casi mejor, porque así se pone en el índise y se le puede imprimir más giro ( hace ademán de tirar una sobre el público).

J.- Allí aprendí que un pueblo se hace rico trabajando, que la vida es dura y que la riqueza no te la da nadie...

A.- Cuando en vez de piedra, es un trozo de ladrillo redondeao por las olas, te da gusto tener en la mano un producto cultural natural al revés, porque no es naturaleza troquelá por la mano humana, sino un basto producto de industria primitiva humana, trabajao por las fuerzas de las olas: la forma, el olor, la textura...hasta el sonio : un lujo al alcanse de la mano

J.- ¿Y cómo vamos a salir aquí del subdesarrollo con semejantes (señalando despectivamente al otro) “empresarios”?

A.- Bueno, después de la forma está el peso: a mí me gusta experimentar con diferentes pesos, porque cada uno de ellos en un reto distinto, una apuesta contigo mismo ( sopesa, lanzándolas sobre la mano, varias piedras).

J.- Dicen de la antigua fábula de la cigarra y la hormiga...¡je! Pues si no es por la hormiga que está todo el invierno recolectando, (mirando al otro sin disimulo) TRA-BA-JAN-DO, no sé yo cómo iba a vivir la chicharra todo el verano cantando...

A.- Una vez te haces el brazo al peso, tienes que mirar a la superficie del mar: primero que no haya personas ( hace otro intento de “lanzar” sobre el público) y después cómo están las olas, de cercana una a otra, y de picado el mar, para saber si tienes que lanzar paralelamente a las olas, o al bies, lateralmente, para aprovechar el espacio entre ola y ola.

J.- Y claro eso supone al cabo del tiempo una clase empresarial potente, una burguesía desarrollada y una creación de riqueza que después se distribuye por toda la sociedad...

A.- El siguiente paso es decidir si quieres hacer muchos saltos seguidos, uno solo largo, superar la cresta de una ola o estrellarte contra ella. Esto se consigue calculando el ángulo de inclinación de la mano sobre la superficie del agua: a vuelo más rasante, más saltitos dará (se agacha e imita lo que dice), y mientras más alto tires, más largo será el salto (lo “explica” con la mirada y el gesto).

J.- (Cada vez más mosqueao de que el otro pase de él) Total, que los países ricos son los países ricos, y los pobres son los pobres; el norte es el que ordena y el que prohíbe: el que manda.

A.- Finalmente, lo más importante: el deje, la relajación en la tensión, que disen los grandes atletas; o la grasia, que desimo en Cai; o el arte, que desimo en Sevilla. (Haciéndolo un par de veces): ¡ahí quea eso! (se va con el gesto que hace el torero cuando corta el aire con la espada y le da la espalda al toro, dejándolo plantao después de una buena faena).

J.- (Tira el cigarro al suelo y lo pisa) ¡Pues que sepas que sin el Norte, el Sur no sería nada!

A.- ¡Ni el Norte sin el Sur!

J.- ¿Nos vamos a comernos una pizza en el restaurante chino?

A.- ¡Ea, pos vámono, y después nos tomamo un cava andalú con las polacas!

Pelayo, 10, VIII, 07

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi buen amigo Pepe se me murió. De él aprendí que no hay dos sin tres, ni tres sin trescientas, además de que tres por tres son nueve hasta que por sorpresa apareció el diez y lo jodió todo con la lógica decimal. Dicho en sus propias palabras: "la negación de la complejidad es el principio de toda tiranía", lo cual significa que todo lo que sea reducir la realidad a sus apariencias, a variables discretas, todo lo que sea simplificar es en mi opinión o un acto de ceguera intelectual, o una visión deformada de la realidad.
Claro que si esto que digo se observa con simplicidad, pues no deja de ser un acto de estulticia. Ya Pancho Villa decía: "Aquí hay dos bandos, los hijoputas y nosotros" pero yo digo que no hay dos sin tres ni tres sin trescientos mil.
Juan Miguel

FOCODE dijo...

Muy bien, el blog va adquiriendo cada vez más vida... la vida que es tan diversa como debía ser la visión de la realidad.
Miguel